Imaginación
El me atrajo hacia su boca y me besó sin inhibiciones. Me puso de espaldas y sentí el frío de las sábanas contra mi piel caliente. Me mordió el cuello suavemente y puso su sexo contra mis nalgas. Me rozó tan enloquecedoramente, que comenzé a emitir gemidos más altos. Mientras me acariciaba con su sexo, lamió toda mi columna vertebral y me hizo abrir de piernas para entrar sus dedos en mi. Largas caricias desde mi clítoris hasta el centro que estallaba de placer. Me moví contra esa mano, me restregué fuerte. El, erecto nuevamente, dispuesto ya a entrar en combate me colocó en posición para penetrarme. Jugueteaba en mi entrada con su glande mientras me ponía su mano en la boca. Estaba tan desesperada que le mordí un dedo con fiereza y lo chupé como queriendo extraer algo, pero no supliqué que entrara en mí de una vez. Me agarró de las caderas y mientras me miraba fijamente a los ojos, me obligó a bajar sobre su sexo hundiéndolo. Comenzé un vaivén delicioso, subía hasta casi sacarlo y bajaba hasta volver a tenerlo por completo, suave y profundamente. Mis pechos se balanceaban de un lado al otro. Apoyé mis manos en él, mientras me agarraba fuerte de las caderas obligándome a ir más de prisa. Gemiamos al unísono, lo sentía resbalar en mi interior, su glande entrar y salir, lo necesitabas más dentro, más rápido, más intenso.
Amor,
Anoche mientras salía de mi apartamento con una botella de vino en la mano, sonreía y pensaba que de no contarte este detalle jamás te enterarías. Las botellas de vino, la música, el ambiente animado y los bellos ojos de él que no paraba de sonreirme mientras bailábamos.
Cuando me llames este domingo, como siempre haces desde que estoy aquí en la Universidad, me contarás de lo que hiciste en la semana, del trabajo agotador, de que jugaste baloncesto con los amigos y el jueves fuiste a beber un rato. Me dirás que me extrañas, que sin mí nada es igual, que me deseas y que no ves la hora en que al fin vaya de visita para hacerme el amor durante horas. Por mi parte te contaré que he pasado la semana estudiando y pensándote, que sin tí nada es divertido. Quizás te cuente de la fiesta de anoche, pero omitiré los detalles que más gozo me dieron.
No puedo contarte que mi cuerpo te extraña, pero soy capaz de pasarla bien sin tí. Cómo decirte que anoche entre copa y copa, bailando con él, sintiendo su aliento en mi cuerpo y su sexo rozando mi vientre, pensé que ciertamente te amaba. Y que eran lindas las ideas de fidelidad y amor eterno, pero eran sólo eso...ideas, demasiado elevadas para simples mortales.
"Puedo resistirme a todo, menos a las tentaciones", decía Oscar Wilde, y él fue la tentación de anoche. Mientras besaba mi cuello y deslizaba sus manos por mi cuerpo, sentía que me humedecía toda, y esa mi "otra boca" palpitaba anhelante. Temblaba a las espectativa. Necesitaba sentir directamente el pecho de ese hombre contra el mío sin las molestas barreras de la ropa. Me imaginaba lamiendo con deleite su abdomen y oliendo sin pudor su sexo enhiesto.
Fuimos a mi apartamento, cuando las ganas se hicieron insoportables. Miró mi habitación llena de libros en cada esquina, y varios cojines en el suelo, allí donde me tumbaba a escribir mis cuentos y poemas. Todo lo vió con admiración y se agachó a recojer una hoja de papel en el suelo, eran mis intentos de versos de aquella tarde. Lo ví enrojecer mientras leía y me pidió que los recitara.
Mientras lo hice, se fue quitando la ropa entre jadeos, me miraba fijamente, con el deseo más puro y salvaje reflejado en el rostro. Se acercó a mí y me besó en la boca. Yo disfrutaba plenamente de su delgadez, fuerte y exitante. Se arrodilló ante mí y besó mis piernas mientras me quitaba los zapatos de tacón. Fue subiendo las manos bajo mi vestido negro y yo le agarraba del cabello guiando su boca por mis muslos. Bajó las bragas, totalmente mojadas por jugos delatores del deseo que sentía, y las olió con intensidad. Cuando quiso besarme el sexo, lo hice subir negándole su objetivo.
Lo guié hasta la cama, hice que se sentara en la orilla. Sólo me miraba pues no lo dejé tocarme. Me bajé la parte alta del vestido, dejándole mirar los pechos con los pezones erectos. Me froté el sexo tomando entre los dedos un poco de humedad, pasándolo suavemente por ellos y le hice lamerlos. Sentía su lengua cálida, delinear mis aureolas, sentí sus labios chuparme con fuerza y gemí suavemente.
Hice que se echara de espaldas, me quité totalmente el vestido y me puse a su lado, para contemplarlo ahí frágil y viril. Se sexo humedecido, venoso, su glande se me antojaba jugoso. Lamí su abdomen, dándole suaves mordiscos, y arañé suavemente sus caderas. Besé el interior de sus muslos, pasando mi lengua por sus ingles. Sus manos acariciaban fuerte mi cabello. Gimió desesperado de que llegara a su centro, y me exitaba más. También tú te desesperas cuando te lamo de esa manera. Cuando sientes que te estoy oliendo como desesperada, como si fueras mi droga. Lo olí, y me grabé ese olor tan íntimo como he grabado por siempre el tuyo y el de otros amantes de una noche.
Al fín, lamí delicadamente su glande, delineando sus contornos, descubriendo con mi lengua sus secretos. Degusté su líquido pre seminal y continué dibujando toda la geografía de su sexo. Lo sentía caliente en mi boca, llenándome rotundamente, y él sólo gemía, enteramente confiado, dependiendo de mi para su placer.
Su cuerpo temblaba bajo el mío, mientras chupaba perezosamente sus testículos, introduciéndolos por completo en la boca para jugar con ellos. Con las manos apretaba sus nalgas y lo sentí hincharse, listo para eyacular entonces lo tomé entre los labios para que descargara dentro. Fue un placer, beberlo a él como te bebo a tí.
Me penetró cuando menos lo esperaba y solté un grito. Me llenaba por completo. Entraba profundamente en cada embestida creando una fricción deliciosa en mi interior, quemándome. Me hizo arrodillar en la cama, para que lo sintiera con más potencia, mientras me acariciaba con furia las nalgas y golpeaba su vientre contra ellas. Sentí la inminencia del orgasmo y me moví con furia hacia él, exigiéndole más. Lo estaba haciendo con él, pero pudo ser cualquiera. Pudiste ser tú. Yo no veía a la persona que me estaba poseyendo, dándome placer y tampoco me importaba.
El gemía a mi espalda , el sudor me bajaba por los pechos y los muslos. Mi sexo se contrajo, apreté fuertemente ese falo obligándolo a soltar su carga y solté un grito de éxtasís. Me besó y nos recostamos en la cama aún jadeando, buscando aire y temblando. Me volví hacia él queriendo beber su sudor. Lamí su pecho, metí mi cara en sus axilas, mordí la parte interna de sus brazos mientras nos quedábamos dormidos, por no sé cuanto tiempo.
Sólo recuerdo que al despertar y sentirlo abrazándome, fui besando sus brazos
lentamente, lamiéndolo aquí y allá, y me subí sobre él. Nos recuperamos
poco a poco, mientras yo besaba su mandíbula, sus mejillas sus párpados. Lo hice
sonreir. Igual a como arranco de tí esa ternura post coito, esa sonrisa entre
cómplice y coqueta, esa mirada agradecida.
Pegué mi sexo al de él mientras hundía mi cara en su cuello, besándolo. Me frotaba hacia su miembro en reposo, suavemente, invitándolo a darme más. Sus manos apretaron mis nalgas haciéndome ir más rápido hasta que estuvo erecto otra vez. Nuestros cuerpos sudorosos y calientes juntándose, mis pechos contra el suyo provocándole y todo volvió a empezar.
Me colocó bajo él y puse mis piernas a cada lado de sus caderas apretándolo y entró tan profundamente que a cada embestida soltaba un fuerte gemido. El placer que me daba era salvaje, dolorosamente salvaje. No quería que terminara y él seguía dándome más mientras miraba fijamente mi rostro, pendiente del movimiento de mis labios.
El sudor bajaba por su cara, y por su pecho y yo no paraba de gemir ni de moverme fuerte contra él mientras sentía espasmos recorrerme por entero y mi sexo palpitar. Entonces lo ví tensarse, hacer una mueca y darme su estocada final. Lo apreté aún más, para recibir su semen. Me inundó, con ardientes cañonadas, una tras otra, y se desplomó sobre mí y yo adoré todo su peso aplastándome contra la cama, disfruté ese abrazo.
¿Cómo decirte que anoche la pasé tan bien, que entre sus brazos, me sentí plena y complacida? ¿Cómo decirte que recorrimos el mundo en esa cama, y embriagados de pasión bajamos al mismisimo infierno? ¿Comprenderías tú que te amo, y que haberme acostado con otro no cambia las cosas?.
No soy tonta, te puede haber pasado lo mismo, quizá con alguna rubia que te sonrió en el bar, te gustaron sus pechos y terminaron la noche en un motel, pero tu chica sigo siendo yo. Me sigues amando. Sin embargo nunca entenderías que algo como esto me ocurra y en nada cambie lo que siento por tí. No entenderías que tus travesuras, son las mismas que hago.
Por eso no te enviaré esta carta. Lo publicaré en alguna revista de literatura, o en mi blog. Quizás uno de tus amigos la lea y te pregunte si hay algo verdadero en lo escrito y tú contestarás riendo -No, es sólo producto de la imaginación de mi chica, le encanta escribir.-
Sin embargo te quedará la duda, me repetirás la pregunta y yo recordaré este momento. Su cuerpo desnudo en la cama, con el sexo en reposo, y el gesto relajado. Mi entrepierna aún húmeda goteando su semen. Recordaré también que hice una pausa mientras escribía para mirarlo, y te contestaré;
-No amor, es pura imaginación.-
Imagen: Ser Solidao
By dragonfly -DeviantArt
16 Comments:
super extra mega sensual!!!!!!!!!
me dejo con la boca abierta!!!!!
escribes muy bien y con muchos detalles!!!
Exito!
ME ENCANTA!!!
QUE GUSTO LEER ALGO TAN CONTUNDENTE QUE NO DECAE,Y QUE NO CAE EN LA VULGARIDAD!!!
MUY BIEN!!!
Bien logrado, se nota experiencia y habilidad, no sólo en el arte de narrar, tambien en él de amar. La "pura imaginación" no basta para mantener el interés en tan ameno texto. Me gustó continua regalándonos con tus narraciones.
... franca violentamente a medias... fue lindo...
deja un amargo dulzor...desestabiliza y divierte...
tenme por favor a mano para conversar más a menudo...
abrazo...
Leandro.
Está tan lleno de detalles el relato, que no me parece que sea pura imaginación. Muy bueno.
Me encantó la línea descriptiva, el acto amoroso como una orquesta en concierto, en esa entrega plena sin concesiones ni preguntas, sin otro fin narrativo que la luminosa consumación del ritmo compartido, para llegar a ese final inquietante donde la fantasía es una realidad ardiente, o donde la realidad es la fantasía sin ornamentos.
Gracias por esa prosa directa y elegante que la deja a una sin aliento, por esa cauda de sensaciones (y de sentimientos) tactiles, aromáticas, gustativas, bien transmitidos a fuerza de buen trabajo textual que me permitió degustar contigo esa infidelidad complaciente.
Rowena Citalai
Hola, sólo quiero decirte que me ha encantado tu relato. Es difícil encontrar relatos escritos por mujeres, pero de una cosa estoy segura, son los mejores, en cuanto a la forma y en cuanto a la descripción de las situaciones.
Me ha encantado que sea tan explícito, tan sensual y tan bien escrito a la vez.
Desde mi humilde situación de lectora y escritora principiante, ¡ánimo! a escribir más.
Ciao
duna suave
grupobuho
aprehender las dimenciones de lo prohibido,de lo esotérico..., con deseos de lanzarse al mundo vacuo hasta el momento descrito por otros, es lo que deja ese sabor a nostalgia que nos acalla y abruma la más de las veces. En ocasiones, cuando tratamos de esbozar un rostro - nosotros los pintores - sin saberlo, estamos incorporando algún rasgo que nos identifica, que nos hace partícipes de la obra, nos hace permanecer en ella, celosos y sutiles, perennes. En este relato - tú relato - siento que se me enervan las energías y ... entonces comienzan a afluir las malditas circunstancias... las de no tener espacio en que podamos encontrarnos sin los límites de lo prohibido, de lo circunstancial. Acaso las aguas separan... y desde mi isla infinita entonces pueda leerte..., leerte con frugalidad y palpar, desde lejos, como palpa el ciego en la oscuridad.He vivido en tu relato,he sido Angel y Dioniso,te he aprehendido, creo, en toda tu anchura, hundiéndome en la cripta divina donde alguna vez invoqué a los dioses.Si entonces sientes que todo esto te invita a soñar y más...es que desde Cuba también te sueño...
Magnífico relato que excede de un relato erótico, aunque lo es. Magníficas descripciones. Enhorabuena
En el buen sentido...
Sabes has calado dentro mio, yo al igual que tus protagonistas de tu historia llevo una relacion a distancia... tu relato es muy provocador y a la vez temible... en fin...
Esteticamente, tienes el halito descriptivo es tu mejor atributo... perooooo, aún juegas con la perfección: los seres humanos no somos tan perfectos, aun dentro de nuestros ideales, no se si entiendes, pero es propio de la literatura comercial, crear prototipos que marquen la irrealidad de lo inconseguible, lo que todos quieren y solo pueden desear... un seno perfecto o una erección majestuosa, por ejemplo. Aprecio que juegues con la fantasia, es lo único que nos queda... pero es mejor la realidad, y eso al final es el contenido de tu relato LA REALIDAD... para haber hecho una amalgama de estas vertientes, te queda un espacio en el que de filtra una luz... tu misma te crees tu historia?
Quedo agradecido por tu lectura, cariños
No se si fue la forma de tu escribir, la anécdota per se o que, pero me humedecí y me quedé medio loquita. Me encantó, me dio hasta esas ganas que a uno le entran de probar ciertas cosas, de push the limits to see how far you can go.
... simplemente no quería que terminara tu relato... produce una adicción casi instantánea... uno no quiere soltarlo, en fin no quiere que se acabe.
Quisiera encontrar las palabras adecuadas para adular este escrito... qué díficil! Sin embargo creo que merece otro título (aunque tal vez en lo simple del mismo radica la adicción que produce el comienzo de la lectura). Ciertamente se da algo así como "underpromise and overdeliver" y esto debido en gran medida al título y a lo bueno del escrito.
Vagué por tu blog... ya está en mis "bookmarks" Felicidades por tan buenas letras! Seguiré viniendo.
Saludos,
Siumell
Precisamente porque tu relato es tan excitante y libidinoso como la infidelidad misma, es que muchos caemos en ese vicio.
Me ha puesto fatal este trabajo.
Es muy chevere, me hiciste recordar cuando leia ese tipo de paginas; Gracias a esas lecturas me habitue a la lectura.
me cago en dios, que puto morbo¡¡¡¡¡
me dan ganas de ver a mi chica AHORA, fiú, tienes pasta erótica de sobra...
Publicar un comentario
<< Home